La evolución de las empresas y de sus complejos problemas ha llevado a tener en cuenta el hecho de que en el pasado los propietarios eran a su vez los directivos encargados de la gestión empresarial.
En tales circunstancias, el control era ejercido por los propietarios – directivos, quienes al mismo tiempo que ejecutaban sus funciones directivas, supervisaban directa y personalmente el cumplimiento de las normas y directrices dictadas por ellos mismos. Se producía el llamado "autocontrol de la función directiva".
A medida que la complejidad de las funciones desarrolladas se fue instalando en las empresas y la división del trabajo se fue imponiendo, con la consecuente especialización de los empleados y sus funciones, división del trabajo que llegó hasta los mandos directivos. Era necesario adecuarse a los cambios que se estaban imponiendo: el crecimiento en el volumen e importe de las operaciones, la mayor dispersión de los activos y la descentralización de las actividades comerciales e incluso de la fabricación, han contribuido a un distanciamiento de la Dirección en el control de las operaciones.
Teniendo en cuenta que la empresa no es una entidad aislada sino que, bien al contrario, la situación económica nacional e internacional influye de manera significativa en aspectos directivos tales como el adecuado uso de los activos, las políticas de aplicación y captación de recursos financieros, la gestión de las cuentas a cobrar, la rotación de las existencias y las políticas de aprovisionamiento, las políticas de endeudamiento, etc., que dificultan y agravan la ya de por sí difícil función de dirigir.
Esta evolución de las empresas, que responde a este crecimiento de la complejidad de los negocios con la correspondiente delegación de facultades, exige la implantación de aquellos controles necesarios para conseguir que las responsabilidades delegadas por los propietarios y directivos se conserven íntimamente unidas a los mismos
TRABAJO DEL AUDITOR DE CUENTAS: ANÁLISIS DEL RIESGO
Cuando el auditor de cuentas se enfrenta a la información económico – financiera de una entidad deducida de los documentos contables de la misma, debe realizar una revisión global a fin de conocer el negocio del cliente y con el propósito de desarrollar un plan para la auditoría. Dicho plan es el llamado Plan Global de Auditoría, que define la dirección que tomará la auditoría.
Sin embargo, antes de desarrollar dicho plan, es necesario conocer algunos aspectos de la entidad analizada, realizar una revisión global conociendo: La industria o industrias en las que opera el cliente. La organización del cliente. La naturaleza general de los sistemas de contabilidad y controles del cliente. Los problemas de negocio singulares del cliente.
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